La historia del himno es de especial interés, porque habiendo sido el primero de los símbolos de la ciudad en crearse, es el ultimo en aparecer, por haber sido ignorado durante más de medio siglo.
El 5 de febrero de 1944, el gran poeta villacurano Aníbal Paradisi, Ilustre Presidente del estado Aragua, dictó un decreto, mediante el cual bautizó al día glorioso de la batalla de La Victoria, el 12 de febrero, “El Día de Venezuela en Aragua”. Redactado personalmente por el Presidente, en su texto de 3 considerados y 11 artículos aprobados, anuncia importantes decisiones; entre ellas abre dos concursos: el primero, entre poetas y músicos, para la composición de una canción patriótica, y el segundo, entre prosistas, para un trabajo literario sobre el tema: “influencia de la Juventud en el desenvolvimiento histórico de venezuela”.
Realizando un concurso, el jurado integrado por los intelectuales Jacinto Fombona Pachano, Don Luís Churion y Juan Pablo Sojo, recibió catorce letras. Examinadas todas, declaró ganadora por unanimidad, la envidia bajo el titulo de “Himno de La Victoria”, bajo el seudónimo de “viva la Republica”, sin duda alguna el autor debió inspirarse en la lectura de “Venezuela Heroica” de Don Eduardo Blanco.
El autor resultó ser el joven poeta sarraceno, residente de San Juan de Los Morros, Ernesto Luis Rodríguez. La letra, un hermoso poema inspirado en el más glorioso hecho de armas de cuantos contribuyen la epopeya de La Victoria, está dividido en cinco partes, cada una de ellas compuesta por ocho versos decasílabos, subtitulados: “Coro de los estudiantes” y estrofas I, II, y IV.